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  La villa de Fermoselle, capital de Los Arribes

Vista panorámica de Fermoselle 

Fermoselle es una población de la provincia de Zamora cuyo censo se acercaba a los 7000 habitantes a principios del siglo pasado pero que en la actualidad ronda los 1700 debido a un cierto sentido aventurero propio del carácter de los Fermosellanos que los ha llevado a recorrer el mundo. De hecho existe el dicho «El fermosellano y un pardal, dondequiera están». 

 Mapa

 

  Su situación geográfica es exactamente de 41º 19´ 25” de latitud norte y 6º 23´30” longitud oeste. En otras palabras, esta situado en el extremo suroeste de la provincia, a 63km de la capital Zamora, en la parte zamorana de la comarca de los Arribes. Su territorio sirve de límite con la provincia de Salamanca a lo largo del recorrido del río Tormes y con Portugal durante el transcurso del río Duero. Cuenta con un paso fronterizo sobre la presa de la Bemposta en el tramo de aprovechamiento portugués del río Duero. Fermoselle se encuentra enclavado dentro de los Arribes del Duero, por lo que participa de las características propias del arribe: grandes riscos y paredes verticales que caen hacia el Duero, vegetación de encinas, matorral y pastos, de los que se alimentan rebaños de cabras y ovejas, y una fauna que subsiste gracias a la inaccesibilidad del terreno. También practica la caza, y se realizan batidas para la caza del jabalí, en la zona entre el pueblo y la frontera con Portugal. )

El entorno natural es maravilloso al disponer de una naturaleza agreste que forma parte del parque regional “Los Arribes del Duero” que contiene una variada fauna compuesta de milanos negros, águilas reales, águilas perdiceras, buitres leonados, alimoches, halcones peregrinos, búhos reales, jabalíes, nutrias, murciélagos, lagartos ocelados, lagartijas colirrojas, culebras bastardas, conocidas en la zona como “bastardos” y culebras de escalera.

Panorámica de los Arribes en Fermoselle 
Las diferencias entre los cortados y la penillanura provocan acusadas desigualdades desde un punto de vista botánico.

Junto a los diversos tipos de frutales, olivos, almendros y vid que encuentran en el clima benigno su mejor aliado, se desarrollan también otras especies de zarzas, rosales silvestres, escobas o piornos, así como en las zonas con suelos más degradados, lavandas y tomillos.

El enebro ocupa substratos pobres y pedregosos. Encinas, alcornoques y rebollos son otras especies que ocupan parte de la penillanura.

La cornicabra pone una nota colorista en otoño con sus tonos rojizos. Las escobas blanca y amarilla y las jaras forman masas de una gran vistosidad en su época de floración.

La hiedra y las formaciones de helechos son frecuentes en zonas umbrías. Aunque la formación dominante en las laderas es el matorral, en los márgenes de arroyos y cursos de agua se desarrollan “bosques galería”, destacando las formaciones de alisos, chopos, sauces y fresnos.

Respecto a la fauna, existen alrededor de 200 especies de vertebrados, la mitad de estas especies son aves, en la zona de los arribes.

El área de incalculable valor, congrega a especies protegidas, algunas en peligro de extinción. Entre las especies más características de aves están:

•  La cigüeña negra, quizá la más emblemática, con un censo aproximado de 18 parejas.

•  El Águila Real con un censo cercano a las 26 parejas.

•  El Alimoche con una numerosa colonia de alrededor de 124 parejas.

•  El Águila Perdicera con un número cercano a las 20 parejas. Su bajo éxito reroductor representa serias dificultades para su expansión.

•  El Buitre Leonado, es el carroñero más común de los cortados graníticos. En los últimos años se ha producido un importante incremento en el número de ejemplares; en la actualidad se han censado alrededor de 500 parejas.

•  El Halcón Peregrino.

•  El Búho Real, con un escaso número de representantes.

Junto a los anteriores una larga lista como el cuervo, la chova piquirroja, el mirlo acuático, el mirlo común, la oropéndola, la abubilla, el vencejo,... y un largo etcétera completarían el extenso inventario de aves.

En cuanto a los mamíferos, destacan el lobo, la nutria, la garduña, la jineta y los murciélagos. Especial mención merece el jabalí, cuya población se ha visto incrementada de un modo considerable en los últimos años, a ello ha contribuido especialmente el abandono de las tierras de cultivo.

Por otro lado, especies como el lagarto ocelado, la lagartija colirroja, la culebra de escalera y la culebra bastarda, son también ocupantes de las gritas existentes en los berrocales que pueblan las laderas.

La principal actividad económica de Fermoselle gira en torno a la agricultura y ganadería.

Vid, olivos, algo de cereal, frutales y hortalizas son los cultivos en un terreno no demasiado rico.

La vid ocupa casi la mitad del término de Fermoselle, situada sobre las laderas que han excavado el Tormes y el Duero. Estas extensas plantaciones de vid han propiciado la producción industrial de vinos de la zona.

Merece especial mención las plantaciones de olivos. En 1785 la sociedad “amigos del país” tuvo la iniciativa de plantar 50.000 olivos, número que se mantiene después de más de 200 años. Este abundante cultivo de la oliva ha permitido la comercialización del aceite de oliva virgen, elaborada según el método tradicional en las almazaras.

La exploración ganadera característica de la zona es la ovina y caprina. Actualmente existe una producción industrial de quesos de la zona de excelente calidad.

En los últimos años y debido a la creación del Parque Natural de los Arribes, el turismo se ha convertido en otro factor importante de la economía del pueblo.

Asimismo la vegetación predominantemente mediterránea pero con ciertos rasgos de climas atlánticos es muy rica, con especies como encinas, robles, enebros, olivos, vides, infinidad de árboles frutales, matorral, jara, cantueso, diferentes especies de retama, etc.

La economía se basa principalmente en la agricultura de la vid y el olivo al que se añade el cultivo de huertos, frutales y el ganado ovino, caprino y últimamente porcino. Parece ser que la zona fue habitada desde tiempos remotos por fenicios, celtas, romanos y tuvo especial importancia en la Edad Media. En 1205 Alfonso IX la entregó al obispo Martín I. En su castillo, prácticamente derruido en la actualidad, residió Doña Urraca y fue el último baluarte del obispo Acuña en la Guerra de las Comunidades.

La historia de la Villa se remonta al tiempo de los vetones, visigodos y mozárabes y, ya en el siglo XI, fue reconquistada por tropas leonesas.

MÁS INFORMACIÓN EN LA RED:

Información sobre la comarca de Sayago

Información sobre la villa de Fermoselle

Parque Arribes del Duero

Casa del Parque de Fermoselle

 

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